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Igor Arrizabalaga

¿Cómo trabajar con los motivadores de nuestros equipos?

Motivadores: ¿cómo trabajar con ellos en nuestros equipos?

Uno de los mayores paradigmas que habitualmente nos encontramos en nuestros equipos es la pregunta del millón “¿Cómo puedo motivar a mi gente?” “¿Cómo puedo trabajar con los motivadores de mi equipo?” Si aun después de todos estos años nos seguimos haciendo esta pregunta creo que algo nos hemos perdido por el camino. Todavía oímos frases en nuestras empresas como de “Hay que venir motivado a trabajar”, “los problemas de casa se quedan en casa y en el trabajo a trabajar”, “tienes que buscar tú mismo lo que te motive”, o “tienes que fomentar tu propia automotivación”…. A los managers los hemos puesto en el centro de todo, como claves tanto para el desarrollo del negocio como en el desarrollo de las personas. Pero creemos que, por ser managers y por ciencia infusa, van a saber y poder hacer cosas que hasta la fecha ni conocían, ni sabían hacer, ni han querido hacer.. es decir, no iban con ellos. Ahora con todas las irrupciones de conceptos como cambio cultural, flexibilidad, comunicación, agilidad, feedback continuo, desempeño, feedforward, desarrollo profesional, planes de carrera, trabajo remoto, equipos multiculturales…. Los managers se encuentran con un reto de “motivación”, pero no solo la motivación de su equipo sino su propia motivación. Desde mi experiencia, todo lo que queramos trabajar con los motivadores nos lleva a enfocarlo en dos grandes planos: Plano 1: Descubrir los motivadores Antes de aplicar una estrategia de motivadores, es importante que tengamos en cuenta que es una política “individual” dentro de una organización. Por lo que debemos de partir por conocer dos aspectos de cada una de las personas: ¿Cuáles son los elementos que más le motivaba, y como los prioriza de 1 a 10? Dentro de estos elementos que más le motiva, ¿Cuánto de satisfechos están estos motivadores? Nada, Poco, Regular, Bien o Excelentemente satisfechos. Esto nos va a dar un cuadro de mando de motivadores de nuestra gente y saber sobre cuáles de ellos debemos de actuar: Este plano de descubrir es importante, y a veces tenemos que afrontarlo en distintas fases: Definir cuáles son los principales motivadores sobre los que trabajar: recomendamos hacer un trabajo interno y arrancar en modelos ya existentes como los Motivation Cards de Management 3.0, y personalizarlo a nuestra organización o situación. MANAGEMENT 3.0: MOTIVATION CARDS Orden: Hay suficientes reglas y políticas para un entorno estable. Curiosidad: Tengo muchas cosas para investigar y sobre las cuales pensar. Aceptación: Las personas a mí alrededor aprueban lo que hago y quien soy. Honra: Me siento orgulloso de que mis valores personales se reflejen en cómo trabajo. Meta: Mi propósito en la vida se refleja en el trabajo que hago. Estatus: Mi posición es buena y reconocida por la gente que trabaja conmigo. Maestría: Mi trabajo desafía mis competencias, pero aún está dentro de mis capacidades. Libertad: Soy independiente de otros con mi propio trabajo y responsabilidades. Poder: Hay suficiente espacio para que yo influencie lo que ocurre a mi alrededor. Relaciones: Tengo buenas relaciones sociales con la gente de mi trabajo. Luego hacer un juego grupal en el que todos nuestros equipos de forma abierta descubran cuáles son sus motivadores y los prioricen, ordenándolos desde el que más les motiva al que menos. Y de esta forma el equipo se conocer entre ellos mismos. Por ejemplo, puedo saber que a mi compañero le motiva mucho el orden y a mi todo lo contrario.. hay que saberlo para gestionarlo Y después en una tercera fase, que puede ser más individua, cada persona indica cómo de satisfecho tiene ese motivador. Para todo ello podemos usar técnicas de gamificación, que hacen de estas dinámicas algo sencillo y divertido y que nos van a aportar mucha información de gran valor. Es importante saber que lo que hoy a una persona le motiva dentro de 6 meses no tiene por qué motivarle. Por ejemplo, si una persona ha pasado a ser padre/madre, seguro que su esquema de motivadores cambiará de forma radical. Plano 2: Motivar Está claro que, si tenemos un radar de motivadores, ya no vamos a ciegas o por intuición; ya vamos con datos objetivos que nos pueden dar una clara visión. A partir de aquí y en función de los motivadores que salen en nuestro radar, tendremos que definir unas acciones estándar con las que podemos hacer palanca y ayudar a nuestra gente. Es evidente que habrá acciones que podrá desarrollar el propio profesional con información y acompañamiento, otras acciones en las que puede ser el manager el que tiene la capacidad de actuar, en otras será recursos humano quien puede accionar, o incluso acciones combinadas entre managers, RRHH, y las políticas de dirección de la organización. Pongo unos ejemplos: En definitiva, no hay un único plan para todos, pero si unas buenas prácticas que nos pueden ayudar. Y si necesitas ayuda para implementar este tipo de iniciativas en tu organización, no dudes en contactar con nosotros. Contamos con servicios de consultoría a tu medida.

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La Nueva Cultura del Aprendizaje

La nueva Cultura del Aprendizaje: 6 pilares claves

Para conocer la nueva Cultura del Aprendizaje, hay que tener en cuenta que muchos factores y realidades han abocado a cambiar nuestras formas de aprender. Desde mi punto de vista, los aspectos más importantes que han acelerado este cambio cultural han sido: Las nuevas generaciones traen “de serie” los modelos de autoaprendizaje. Las nuevas tecnologías y la socialización de estas están en nuestro día a día. El trabajo en remoto nos ha traído a otras formas de comunicarnos. La pandemia no ha hecho descubrir lo mejor que tenemos en nuestra casa. Y bajo estos cuatro factores, y desde mi punto de vista proponemos un nuevo modelo de aprendizaje apalancado en 6 PILARES clave para su desarrollo, en este Los 6 pilares de la nueva cultura del aprendizaje Pilar 1: Business Strategy El aprendizaje y los planes de formación deben dar respuesta a las necesidades del negocio, no es hacer formación por hacer, o para satisfacer a la gente, sino para tener nuestra gente preparada para poder dar respuesta al negocio. Pilar 2: Autoaprendizaje La formación ya no cosa en exclusiva del departamento de formación, sino que es una responsabilidad compartida de todos y todas, donde las personas ponemos nuestro tiempo y medios para desarrollarnos. Pilar 3: Actividades Push Programas formativas definidos desde negocio y RRHH, que buscan definir acciones de formación estratégicas a corto plazo para cubrir las necesidades del negocio. Actividades Pull; Desde RRHH facilitamos que las personas se desarrollen personal y profesionalmente favoreciendo un ecosistema compuesto por muchos elementos. Pilar 4: Internal Faculty El conocimiento esta en la propia casa, y por lo tanto muchas veces debemos de descubrir el talento interno, empoderarlo y reconocerlo, de forma que el resto de la organización crezca de forma conjunta. Pilar 5: Learning Paths Autogestionados Los itineraries de formación por carrera, por perfil, por tecnología… deben de cubrir todas las fases de desarrollo “from zero to hero”, y deben ser gestionados internamente por estos internal faculty. Pilar 6: Aprendizaje eXperiencial La formación debe de ser práctica, aplicada, utilizando todas las herramientas tecnológicas,.. y en el que el alumnado obtenga una vivencia real de lo que la misma le ofrece.7 Descubre cómo podemos ayudarte a adoptar esta nueva cultura del aprendizaje y así conseguir llegar más allá en tu organización.

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Peer learning o aprendizaje entre pares: 6 pasos para implementarlo

Peer learning o aprendizaje entre pares: 6 pasos para implementarlo

El peer learning o marco de aprendizaje entre pares es un conjunto de mejores prácticas para crear la cultura del aprendizaje en una organización. Este marco surgió del trabajo de Marko Gargenta en la construcción de la Twitter University, y consta de seis partes. En este post os mostramos cada una de ellas.  Las 6 claves del Peer learning Paso 1: Descubrir el punto de dolor Identifiquemos el problema. ¿Cuáles son los sistemas y procesos internos que todo el mundo usa y que aún no se conocen bien? Esta falta de comprensión le está costando a nuestra gente la productividad y la moral.  En la mayoría de las organizaciones existen sistemas que son el “core” de nuestras operaciones. Pueden ser bibliotecas del sistema o servicios y procesos de cómo funcionan las cosas en nuestra organización. No conocerlos es un impedimento para que la gente haga mejor su trabajo. Identifiquémoslos.  Paso 2: Crear héroes  ¿Quién es el experto/a que puede abordar esos problemas? Una vez que identifiquemos los sistemas y procesos internos que no se conocen bien, averigüemos quién o quiénes pueden hacer qué para solucionar los problemas. Empecemos por dirigirnos al director del equipo que es propietario del sistema o proceso.  Es posible que el mánager no sea la persona adecuada para explicar cómo funciona este sistema o proceso. Pero el mánager puede nombrar a un experto/a en el equipo. Trabajemos para convertir a estos expertos/as en héroes de la transmisión del conocimiento. Paso 3: Mostrar y contar  Genial, ya hemos identificado un problema claro y tenemos al experto/a que puede darnos la solución. El reto es permitir que este experto/a comunique de la mejor forma la solución a la audiencia.  Nuestro trabajo ahora es empoderar al experto/a para que transmita el conocimiento de la mejor forma y esto cambie el comportamiento de los usuarios/as. A veces, el experto/a ya tiene la habilidad de explicar conceptos de una manera atractiva. Pero lo más probable es que debamos acompañarle durante el proceso de aprendizaje.  Iteremos con el experto/a varias veces. Todo esto es parte del coaching.  Paso 4: Promocionar  Genial, tenemos un planteamiento sólido. Ahora, necesitamos las personas adecuadas para contrastarlo.  Podemos dirigirnos, por ejemplo, a los usuario/as clave de la tecnología o del proceso a la que ayudamos con la formación. También podemos utilizar algunas técnicas de marketing de guerrilla.  Paso 5: Medir  Necesitamos una forma de medir cómo de bien está funcionando. Para ello podemos establecer dos métricas clave: volumen y calidad. El impacto es (Volumen x Calidad): ¿estamos cambiando las cosas para las personas y a cuántas de ellas?  Solo podemos mejorar lo que medimos. Identificar las métricas correctas y las formas de obtener los datos es difícil pero muy importante en cualquier modelo.  Paso 6: Aclarar y repetir  El éxito crea nuevos problemas. A medida que aumenta la escala, podemos acceder a cientos de cursos y cientos de formadores/as. El escalado para diferentes grupos y oficinas suele acarrear inconvenientes, ya quieren sentirse como ciudadanos de primera clase y no una réplica masiva de algo decidido en otro lado. La gente comienza a preguntar sobre nuevos formatos, mejor documentación, etc.  ¿Quieres emplear el peer learning en tu organización? En conclusión, el aprendizaje entre pares o peer learning puede ser de gran ayuda a la hora de formar a los miembros de nuestras organizaciones. Y nosotros podemos ayudarte a conseguirlo, porque somos especialistas en diseñar y desarrollar programas de aprendizaje para liderar el cambio en la transformación digital de las empresas.

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Problemas de Agile por los que esta metodología sigue fallando (y sus soluciones)

Problemas de Agile por los que esta metodología sigue fallando (y sus soluciones)

Si hablamos con desarrolladores sobre el enfoque ágil de su organización, vemos que en muchas ocasiones nos trasladan los mismos problemas de agile. A continuación os hacemos una reflexión de estos Uno de los principales problemas de agile: reuniones, reuniones, y más reuniones  Parece que el núcleo del enfoque ágil gira en torno a las reuniones. ¿Qué quiero decir con esto? Pensemos en un día normal en un entorno ágil. La primera reunión que tenemos es una reunión de pie, o si trabajamos desde casa probablemente será través de Zoom, Slack, Teams,…  Dependiendo de la cantidad de personas involucradas en este stand-up, nos puede llevar entre 15 y 30 minutos. Esta reunión suele estar dirigida por el Scrum Master -del que hablaremos un poco más adelante-, y se supone que es una reunión con el equipo técnico. Cada técnico dirá lo que hizo ayer, lo que está haciendo hoy, si tiene bloqueadores y cuáles son.  Esta reunión es muy repetitiva y seguro que todos hemos participado en muchas reuniones en las que apenas se habla o siempre hablan los mismos de lo mismo. Seamos claros: no estoy diciendo que no debamos comunicarnos con el equipo o que estar de pie sea necesariamente algo malo. Sin embargo, si no hay novedades, ¿por qué tener una reunión? ¿Por qué interrumpir el flujo de trabajo del equipo si no se va a decir ni a hacer nada importante?  Liderazgo Agile Se supone que Agile es para un marco definido para y por los técnicos, ¿verdad? A un grupo de técnicos se les ocurrió Agile para reemplazar metodologías “waterfall”, y se suponía que sería la panacea para mejorar los procesos de desarrollo de software.   El principal problema es que muchas personas no tienen ni idea de cómo funciona el desarrollo de software en el mundo real. Solo saben lo que se les enseña en un curso de Agile de 2 días. Esto se hace evidente cuando insisten en cosas que simplemente no tienen sentido. Una de esas cosas es involucrarse en discusiones técnicas. Muchas veces nos pasamos de 10 a 15 minutos tratando de explicar los detalles técnicos a alguien que no es técnico. También terminamos teniendo que repetirnos constantemente porque no cuentan con la base técnica necesaria. Esto es algo que no tiene absolutamente ningún sentido y algo que vemos frecuentemente.  Muchas veces el liderazgo ágil intenta incluir a demasiadas personas en una reunión, a menudo los Scrum Master intentan incluir tantas personas como le sea posible en una reunión. Pongamos un ejemplo. Una empresa ha decidido introducir una nueva función en el producto principal. Se han dado todos los requisitos y ahora los equipos técnicos deben encontrar una forma de introducir la función. Es lógico que haya una discusión técnica sobre cómo encajar mejor esta pieza en el rompecabezas. Este es un ejemplo de una reunión que SOLO debería ocurrir entre los líderes técnicos para preparar los requisitos técnicos para sus equipos.  Sin embargo, lo que a menudo sucede es que los Scrum Master piensan que todo esto debería hacerse mediante la democracia, y se incluyen a los Scrum Masters, Product Owners, Developers… Esto esta relacionado con lo que comentábamos antes: Dedicamos tiempo a explicar las cosas técnicas a las personas que no necesitan conocer los detalles técnicos, y esto es una pérdida de tiempo que no aporta ningún valor a nadie.  Como líder de un equipo, trataremos de asegurarnos de tener todos los detalles técnicos resueltos antes de que el trabajo llegue al equipo. Asegurarnos de ser nosotros quienes programemos las reuniones y solo incluyamos a las personas que realmente necesitemos que estén. Esto suele dar como resultado una liberación más rápida del producto.   Solucionar los problemas de agile  Hay problemas y estos tienen que tener una solución, ¿verdad? Bueno, esta es una respuesta más complicada de lo que parece. Debemos hablar sobre algunos problemas específicos que hemos detectado y sobre todo de cómo resolver esos problemas o como los hemos resuelto en anteriores ocasiones en caso de ser repetitivos.   Resolviendo las reuniones  Una solución particularmente útil es realizar reuniones de pie asincrónicas. Por ejemplo, Slack tiene muchas herramientas realmente buenas, como puede ser la encuesta automatizada. Uno de los principales beneficios del stand-up es lo último de lo que se habla, los bloqueadores. Si hay bloqueadores, sin duda es beneficioso descubrirlos antes de que avance la jornada. De lo contrario, encontraremos que el stand-up generalmente es una pérdida de tiempo.  Enviamos una encuesta al equipo antes del stand-up para preguntar si deberíamos tener una reunión síncrona o de stand-up. Se acuerda que esta pregunta significa si hay bloqueadores o elementos pendientes que requieran conversación. De lo contrario, publicamos nuestras actualizaciones normales en el canal de slack del equipo y las analizaremos allí.  Este proceso lleva mucho menos tiempo, obtiene el mismo beneficio y no es perjudicial para el flujo de trabajo. Esta es una sugerencia que puede ser increíblemente beneficiosa para un equipo que va en contra del agile estándar.  Resolviendo el liderazgo  Los técnicos deben estar a cargo de los aspectos técnicos. Es necesario que se ponga más control en manos del liderazgo técnico. Si en el equipo hay un Scrum Master no técnico, debería ser una ayuda al liderazgo técnico, no el liderazgo técnico en sí mismo. Los Scrum Masters no deberían dictar los procesos en torno al código que se escribe o se implementa. Si vamos a tener un Scrum Master no técnico, debería tener una responsabilidad limitada. Si alguna vez hemos visto como se trabaja en una cocina, hay una persona que agiliza los pedidos en la cocina. Esta persona no es un chef / cocinero, pero toma los pedidos, los organiza y luego los lleva a la cocina. Los acelerados no saben, ni necesitan saber, cómo se hace la comida, pero ayudan a que todo ruede más rápido.  El otro problema es el de tener demasiadas personas en cada reunión. A menudo, a los Scrum Master les gusta atraer a todos a las reuniones que en realidad solo deberían tener unas pocas personas. Esto parece una solución relativamente sencilla, tengamos reuniones más enfocadas. De esa forma la reunión es más productiva y se pierde menos tiempo.  Ideas finales Al final del día, lo que funciona para cada equipo suele ser diferente. Me encuentro que la forma en que se implementa Agile hoy en día es muy rígida e intenta implementar lo mismo en todas partes, y así nunca funcionará. Animaría a los equipos técnicos a rechazar este paradigma y hacer cosas diferentes que tengan sentido en sus equipos y proyectos, y no seguir al pie de la letra la teoría de un manual.  Y si tienes dudas y te apetece que te asesoremos, no lo dudes. Aquí puedes ver cómo es nuestra forma de trabajar en lo que a consultoría de cambios culturales se refiere. O, si lo prefieres, puedes contactar con nosotros.

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La diferencia entre ser un buen y un excepcional profesional

La diferencia entre ser un buen y un excepcional profesional

He estado tantos años trabajando que puedo decir que he aprendido mucho. La mayor parte de lo que he aprendido proviene de la observación, tanto como empleado, como manager o como director. También he aprendido cometiendo errores y celebrando grandes éxitos. También he aprendido a aceptar el cambio, a ser resistente, a ser flexible y a montarme en esa ola de la digitalización. La diferencia entre un buen empleado y uno excepcional se encuentra principalmente en su distinción a través del reconocimiento externo. En otras palabras, aunque probablemente el mismo se dé cuenta de que es excepcional, esto no es algo que se autoproclame ya que corre el riesgo de parecer arrogante y egoísta. La ambición, clave entre ser un buen y un excepcional profesional Como líderes de una organización, siempre queremos tener una plantilla conformada por empleados excepcionales. No debemos permitirnos nada menos, al menos no por mucho tiempo. Y esto no significa que todos los empleados que están por debajo de este listón deben ser despedidos. Debe ser la ambición tanto del empleado/a como del gerente lograr que un empleado/a promedio sea un buen empleado. Y un buen empleado siempre debe aspirar a ser un empleado excepcional. Las claves para subir de nivel son: aprender, innovar y crecer como una planta en una maceta cuyas raíces están tan atadas y debe de trasplantarse a un lugar más grande para esparcirse o arriesgarse al desgaste, la debilidad e incluso a una eventual pérdida. En este momento, tal vez te estés preguntando por qué no mencionamos la recompensa monetaria, y es porque el dinero y la promoción siempre serán el resultado natural de la dedicación a un trabajo excepcional. Aquí os presento algunas formas que considero se puede ser excepcional y he aprendido en mis más de 30 años de trabajo. ¿Cómo diferenciar entre ser un buen y un excepcional profesional? ¿Quieres marcar la diferencia entre ser un buen y un excepcional empleado? Con nuestros cursos programados puedes dar un salto cualitativo y destacar. ¡Dale alas a tu carrera profesional y alcanza el éxito!

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Transformarse en una organización ágil

Transformarse en una organización ágil… pero, ¿por dónde empezamos?

Nuestra empresa quiere empezar a transformarse en una organización ágil. Pero ¿por dónde empezamos? ¿Abordamos primero la cultura para poder “ser” ágiles, o ponemos primero en marcha los marcos de trabajo para que podamos “practicar” la agilidad? Y así comienza la batalla entre dos fuerzas: la cultura y los marcos de trabajo.  Si pudiéramos usar una varita mágica e inmediatamente cambiar de cultura o implantar los marcos, y la única condición que tendríamos sería la de garantizar los resultados en un corto período de tiempo, ¿qué cambiaríamos primero?  ¿Es el primer paso para transformarse en una organización ágil empezar con los marcos de trabajo?  Para empezar a hacer cosas en organizaciones que están funcionando como silos, o en aquellas que funcionan con modelos de gobierno en cascada, debemos de contar con líderes autorizados que presionen a la organización y a los jefes de proyecto para que actúen como facilitadores. Los equipos cuando no son multidisciplinares no pueden eliminar todas las dependencias en su camino.  Frente a este tipo de desalineación, las luchas de poder son el gran problema. Es difícil lograr que las personas se centren en las metas, hacerles responsables y permitirles que se empoderen y se concentren. Los líderes no llegarán a lograr los resultados, los jefes de proyecto estarán atrapados y los equipos se derrumbarán.  Podemos tener todas las intenciones correctas pensando que, si contratamos a un Agile Coach, o si enviamos personas a cursos y les enseñamos cómo hacer Scrum o SAFe, esas prácticas conducirán a un cambio cultural. Pero lo que veremos es que las personas aprenderán a hacer, pero realmente no aportarán el valor que nos ofrece Agile.  Cuanto más compleja sea la organización, es menos probable que estas estrategias tengan éxito. Scrum y SAFe pueden sacar a la luz nuestros impedimentos. Pero si no tenemos la estructura para apoyar la eliminación de estos el proyecto fracasará estrepitosamente.  Entonces la idea es que, si estamos haciendo todas las prácticas de la manera correcta pero aún no obtenemos los resultados correctos, debe ser un problema cultural, ¿verdad? Cambiando nuestra forma de pensar, las prácticas encajarán en su lugar y funcionarán como se supone que deben de hacerlo.  ¿Es un cambio cultural lo que necesitamos? Entonces, si estas mentalidades que nos mantienen estancados cambian de la noche a la mañana, ¿qué haríamos a continuación para obtener resultados? Es muy difícil responder a esta pregunta. Y entonces llegamos a la conclusión de… ¿y si realmente es un problema cultural?  Si pudiéramos cambiar la mentalidad de la organización para que piense de forma más adaptativa, con menos comando y control, y lograr que las personas se comporten de una manera más ágil, tal vez sea mucho más probable que se puedan adaptar los marcos y buenas prácticas.  Podremos adaptarnos y estar dispuestos a cambiar, tener una mentalidad de crecimiento o ser líderes empoderadores. Pero cuando el ecosistema y las formas en que estamos estructurados se interponen a los mensajes que los agilistas están tratando de desplegar, esto nos indica que la organización está claramente desalineada.  Lo que realmente necesitamos  Es difícil sacar valor de Agile si primero no configuramos el tablero de juego correctamente, si no disponemos de todas las piezas correctas en su lugar y no tenemos todos los niveles adecuados. Eso no quiere decir que la cultura y los marcos no importen ni influyan.  Un cambio cultural como parte de la transformación ágil es necesario pero insuficiente, y no es el punto exacto para comenzar.  La implantación de los marcos y buenas prácticas es esencial pero también insuficiente, y no tampoco es el único punto de partida.  El punto de partida es crear un ecosistema y una estructura subyacente para que la organización pueda permitir que la cultura y los marcos funcionen y, por lo tanto, permitir que la organización se dé cuenta de todos los beneficios que Agile nos puede ofrecer.  ¿Quieres que te ayudemos a comenzar el cambio en tu organización? Puedes comenzar por nuestra Guía de Transformación Agile.

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Liderazgo ágil: 10 claves de comunicación para lograr un agile leadership

Liderazgo ágil: 10 claves de comunicación para lograr un agile leadership

Es imposible convertirse en un gran líder sin ser un gran comunicador.   ¿Cómo sabemos cuándo nuestras habilidades han madurado los suficiente para convertirnos en excelentes comunicadores y, así, poder alcanzar un liderazgo ágil en nuestra organización ? La respuesta creo que puede estar cuando en nuestras interacciones utilizamos de forma consistente los siguientes diez principios:  1. No hablemos con “lengua bífida”: en la mayoría de los casos, las personas simplemente no se abren a aquellos en quienes no confían. Cuando las personas tienen la sensación de que un líder es digno de su confianza, invertirán tiempo y asumirán riesgos que nunca asumirían si su líder tuviera una reputación basada en un carácter pobre o con falta de integridad. La confianza se gana con los hechos, el pensamiento y una correcta toma de decisiones. Tengamos en cuenta que la gente perdonará muchas cosas siempre que exista la confianza, pero rara vez perdonará algo cuando esta brille por su ausencia.  2. Seamos personales: dejemos de emitir comunicaciones corporativas y comencemos a tener conversaciones organizativas; pensemos en el diálogo, no en el monólogo. Aquí está la cuestión: cuanto más personal y atractiva sea la conversación, más eficaz será.  “A las personas no les importa cuánto sabemos hasta que saben cuánto nos preocupamos por ellas”. La teoría empresarial clásica indica que los líderes deben mantener la distancia. No es así en el liderazgo ágil. Si no desarrollamos relaciones personales significativas, nunca sabremos lo que realmente tienen en mente hasta que es demasiado tarde.  3. Seamos específicos: la especificidad es mejor que la ambigüedad. Aprendamos a comunicarnos con claridad. Lo simple y conciso siempre es mejor que lo complicado y confuso. El tiempo nunca ha sido un bien tan preciado como lo es ahora. Es fundamental que los líderes aprendamos a ir al grano y alcanzar los puntos clave; y, por tanto, es importante esperar lo mismo de los demás.  “Nuestro objetivo es eliminar lo superfluo y hacer que nuestras palabras calen”.  4. Concentrarnos en lo que dejamos atrás, no en lo que tenemos en curso: los mejores comunicadores no solo son hábiles para aprender y recopilar información mientras se comunica, también son expertos en transferir ideas, alinear expectativas, inspirar acciones y difundir su visión. La clave es abordar cada interacción con el corazón. Concentrándonos más en contribuir que en recibir, habremos logrado la meta. Aunque esto pueda parecer contradictorio a la intuición, si nos concentramos más en los deseos y necesidades de la otra parte, aprenderemos mucho más que si solo nos concentramos en lo nuestro.  5. Tener mente abierta: a menudo hemos dicho que la rigidez de una mente cerrada es el factor limitante más importante para las nuevas oportunidades.  Un líder lleva su juego a un nivel completamente nuevo desde el momento en que busca voluntariamente a aquellos que tienen opiniones discordantes y posiciones opuestas.  El objetivo no es el de convencerlos para que cambien de opinión, sino el de comprender lo que piensan. Recordemos que en el liderazgo ágil no es la opinión lo que importa, sino la voluntad de discutirla con la mente abierta y aprender.   6. Callar y escuchar: Los grandes líderes saben cuándo subir el tono, bajarlo y desconectar. Transmitir un mensaje reiteradamente hasta la saciedad no tendrá el mismo resultado que entablar una conversación significativa. Pero esto supone que comprendemos que la mejor forma de discutir es tener una conversación, y no un monólogo. Cuando lleguemos al punto de nuestra vida en el que comencemos a comprender que el conocimiento no se obtiene moviendo los labios, sino quitando la cera de los oídos, habremos dado el primer paso para convertirnos en grandes comunicadores.  7. Reemplazar el ego por la empatía: Comienzan a suceder cosas buenas cuando la franqueza se comunica con empatía y cariño y no con la arrogancia orgullosa de un ego inflado. Los comunicadores empáticos muestran un nivel de autenticidad y transparencia que no cuentan aquellos que eligen comunicarse detrás de una fachada cuidadosamente elaborada apuntalada por un frágil ego.  Comprender este principio de comunicación es lo que ayuda a convertir la ira en respeto y la duda en confianza.  8. Leamos entre líneas: Los grandes líderes tienen la asombrosa capacidad de comprender lo que no se dice, no se ve ni se escucha. Los líderes astutos saben que se puede ganar mucho más cediendo la palabra que con la verborrea. En esta era de la comunicación instantánea, todos parecen tener tanta prisa por comunicar lo que piensan que no se dan cuenta de todo lo que se puede obtener leyendo las mentes de los demás.  Mantengamos los ojos y los oídos abiertos y la boca cerrada y nos sorprenderemos de cómo se eleva nuestro nivel o conciencia organizacional.  9. Hablemos sabiendo: desarrollemos el dominio técnico sobre los temas. La mayoría de las personas exitosas no tienen interés en escuchar a personas que no pueden añadir valor a una situación o un tema, pero se obligan a entablar una conversación solo para escucharse hablar. Aunque todos hemos escuchado el dicho “lo que importa no es lo que dicen, sino cómo lo dicen”, y aunque algo de verdad puede tener esta frase, creo que es mucho más importante lo que se dice que cómo se dice. Los buenos comunicadores abordan los aspectos del “qué” y “cómo” para no convertirse en charlatanes que dejan a las personas con la impresión de enfocarse más de la forma que la sustancia.  10. Hablar a los grupos como individuos: los grandes comunicadores pueden adaptar su mensaje de forma que pueden hablar con 10 personas en una sala o con 10.000 personas en un auditorio y hacer que se sientan como si estuvieran hablando directamente con cada una de ellas.  Saber cómo trabajar en una sala y establecer credibilidad, confianza y simpatía son claves para interacciones exitosas.  En pocas palabras: cada vez que tengamos que comunicar un mensaje asegurémonos de que dicho mensaje sea verdadero y correcto, bien razonado y respaldado por una lógica sólida, específica, consistente, clara y precisa.   Lo más importante de la comunicación no se trata de nosotros sino de las opiniones, las posiciones o las circunstancias de los demás. Se trata de ayudar a los demás satisfaciendo sus necesidades, comprendiendo sus preocupaciones y añadiendo valor a su mundo.  En la siguiente infografía te presentamos unos consejos para conseguir que tu comunicación pase al siguiente nivel: ¿Te interesa el mundo agile y quieres formarte o ampliar tus conocimientos? En nuestro próximo workshop sobre Agile Leadership podrás aprender a reconocer e impulsar el liderazgo ágil.

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Cultura de Feedback: cómo desarrollarla en 4 pasos

Cultura de feedback: cómo desarrollarla en 4 pasos

La cultura de feedback se basa en que debemos anhelar y buscar activamente conversaciones con todas las partes implicadas en nuestros procesos: clientes, empleados, inversores, managers…. Estas conversaciones nos ayudarán a saber qué va bien y en qué necesitamos trabajar la mejora. Para construir una cultura de feedback abierta y amplia debemos incorporar mecanismos que garanticen que las personas brinden feedback de una forma predeterminada. A continuación se indican las acciones que podemos realizar para asegurarnos de que las conversaciones se producen cuando se supone que deben ocurrir: 1. Normalizar la cultura de feedback Mucha gente no se da cuenta de que dar feedback no es un rasgo innato, sino que es un comportamiento aprendido. Son muchas las ventajas de preparar al equipo sobre cómo dar y recibir feedback de manera efectiva. Usemos por ejemplo el siguiente formato al dar feedback: Pedir permiso: para el receptor del feedback existe una gran diferencia si se le pregunta “¿Tienes un minuto para comentar un par de cosas?” Indicar lo que observó: es importante ser lo más específico posible, por lo que nos ceñiremos a citas directas y comportamientos que hemos visto directamente. Explicar el impacto: a continuación, vincularemos los comportamientos que ha llevado a cabo con su impacto en el equipo, en el producto… Pausar: a menudo es bueno hacer una pausa en este paso para escuchar la reacción y estar abierto a recibir nueva información. Sugerir un próximo paso: describamos un comportamiento que creamos que debe realizar y que tendría un impacto positivo en la situación. Un enfoque común ayuda a las personas a lograr mejores resultados al tiempo que establecemos expectativas claras para ambas partes. Establezcamos buenas prácticas, como centrarnos en comportamientos específicos en lugar de hacer generalidades, y describamos claramente el impacto que tiene su comportamiento. 2. Incluyamos reuniones periódicas de conversaciones en el programa de feedback Una vez descrito cómo llevar a cabo conversaciones es hora de definir cuándo. Esto significa que debemos bloquear el tiempo en nuestro calendario para que el equipo se dé feedback entre sí. A continuación, sugerimos una lista de reuniones de feedback que puede haber en los equipos: Uno a uno: no tiene sentido tener este tipo de reuniones si las conversaciones difíciles no están teniendo lugar. La premisa que estableceremos es: “o vienes a mí con una conversación difícil, o yo iré a ti con una”. Retrospectivas: hagamos que todo el equipo se siente durante una hora cada semana para hablar sobre lo que ha salido bien, lo que no y cómo podemos mejorar. Crear una oportunidad para desahogarse y elogiar al grupo tiene un gran impacto en la moral del equipo. Speed-back: este tipo de reuniones se basan en la estrategia de las citas rápidas. Un equipo se divide en parejas y estas se turnan para darle a la otra persona dos minutos de feedback positivo y dos minutos de feedback constructivo. Después de recibir comentarios individuales de todos los miembros del equipo, cada individuo presenta al grupo lo que ha aprendido sobre sí mismo. Horas de oficina: los managers establecen un horario en el que cualquier miembro del equipo pueda acudir a él por cualquier motivo. Ayuntamientos: popularizada por Facebook, esta es una reunión en la que cualquier persona de la organización puede preguntar a los managers sobre cualquier cosa que tenga en mente. Cuando el trabajo se vuelve estresante, este tipo de reuniones de feedback suelen ser las primeras en eliminarse y esto es un problema. Es exactamente en estos momentos cuando las conversaciones son más importantes. 3. Busquemos de forma proactiva más canales de comunicación Las reuniones son geniales, pero no son la única forma de tener conversaciones. Cuantos más canales tengamos disponibles para enviar o recibir comentarios (especialmente para fomentar los comentarios ascendentes a los superiores), más conversaciones tendremos. Aquí hay unos ejemplos: Encuestas de comentarios periódicas: podemos utilizar formularios online para hacer preguntas, como la Encuesta de índice Q12 de Gallup. Plataformas de gestión del rendimiento continuo: las plataformas Saas tienen como objetivo facilitar el feedback periódico en los equipos. Expertos externos: la incorporación de trainers externos puede ser una excelente manera de facilitar conversaciones rigurosas y revisiones 360. Viajes y actividades de formación de equipos: los métodos informales de interactuar pueden promover oportunidades menos protocolarias para dar y recibir comentarios. Cuando se trata de dar feedback, seamos creativos. Lo que funciona para un equipo no tienes que funcionar para otro. Descubramos lo que funciona para nosotros. 4. Formemos al equipo para que se de feedback directamente ¿Qué debemos hacer cuando la gente acude a nosotros con comentarios sobre un compañero del equipo? Nuestro instinto sería entrar en modo de resolución de problemas y decir: ‘Déjamelo a mí, yo me encargo’. Sin embargo, si deseamos construir una cultura de feedback, debemos sentir empatía con la persona y empoderarla para que dé el feedback directamente al compañero de equipo en cuestión (a menos que haya una buena razón para no hacerlo, por ejemplo, si eso lo pone en una situación peligrosa). Podemos fomentar esto haciendo preguntas como: ¿Qué comportamientos específicos observaste? ¿Eres conscientes del impacto que esto está teniendo? ¿Cómo te gustaría que se comportara? ¿Has intentado ver la situación desde su punto de vista? ¿Cómo le darás este feedback directamente? ¿Cuándo lo harás? Recuerda, solo porque una persona del equipo nos traiga un problema eso no significa que sea nuestro problema. Feedback Fuerte, Cultura Fuerte Es parte de la naturaleza humana evitar los conflictos, pero no hay forma de evitar el hecho de que dar feedback es difícil. La verdad es que probablemente no nos acerquemos a la cantidad ideal de comentarios que debiéramos dar o recibir. Por eso es necesario que el feedback sea obligatorio. Seamos claros sobre cómo se ven los comentarios, cuándo sucederán y asegurémonos de cumplirlos. Cuantas más veces se lleven a cabo, más gente lo esperará, y lo conseguirán más y mejor. Para ello desde Axia contamos con programas de formación como el siguiente taller de cómo dar feedback y

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No confundir los OKR de los KPI

Apliquémoslos correctamente donde y como corresponda Recientemente se han puesto de moda el hablar de los OKR, y creo que cuando hablamos de estos a veces confundimos fácilmente los OKR de los indicadores típicos o KPIs, y la verdad no debemos llevarnos disgustos si alguna persona nos llama la atención ya que en el fondo la diferencia clave está en el cómo o cuando usar. Los OKR (Objetives & Key Results) se han vuelto tan populares que rápidamente se están volviendo intercambiables con sus siglas hermanas, KPI (indicadores clave de rendimiento). Aquí os dejo un sencillo consejo de cuando utilizar un acrónimo u otro, aunque en el fondo tienen un modelo de trabajo común. 1) Los OKR se utilizan para nuevas iniciativas, cambios… Cuando estamos construyendo algo nuevo, y deseamos un objetivo ambicioso e inspirador junto con una medición clara del éxito, entonces los OKR tienes su sitio. Cuando se trata de OKRs, se comienza con un conjunto de personas o equipos lo más pequeños posibles para luego ir aumentando el enfoque. Por ejemplo, si tenemos un equipo de 25 personas y más de 100 KR, es posible que algo no se está aplicando bien. 2) Los KPI son para “el negocio de siempre” (BAU) Si estamos monitorizando algo que ya existe, y no estamos creando algo nuevo, ahí es donde entran en juego los KPI que nos permitirán ofrecer transparencia. ¿Tiempos de respuesta de soporte al cliente? Eso es un KPI. ¿Número de llamadas de ventas? Eso también es un KPI. En pocas palabras, OKRs = construir y KPIs = mantener. Algunos equipos, como los equipos de producto, utilizan mucho los OKR. Otros equipos, como el de atención al cliente, prefieren los KPI. Eso está perfecto pero tengamos en cuenta que los OKR son un martillo y no debemos hacer que todos nuestros equipos se conviertan en clavos. Tenéis a vuestra disposición nuestra acción de formacion sobre Equipos y OKR.

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